Decisión nº: 001676

En marzo de 2005, el Comité Ejecutivo del Fondo de 1992 examinó la aplicabilidad de los Convenios de 1992 al siniestro, cuyas circunstancias el International Group of P&I Clubs había señalado a la atención del Comité, así como la postura adoptada por los tribunales de Rusia. Se tomó nota de que el OBO Nefterudovoz-57M, que estaba clasificado como apto para la navegación fluvial y de alta mar, había abordado a un petrolero en las radas exteriores del Onega, Mar Blanco, derramando una cantidad desconocida de fueloil pesado. Se señaló que se había remitido una reclamación por daños ocasionados al medio ambiente basada en un modelo teórico al Tribunal de Arbitraje de Arkhangel, el cual había desestimado el argumento del propietario del buque de que la indemnización debería ser competencia de los Convenios de 1992, en los que se dispone la desestimación de las reclamaciones basadas en modelos teóricos. Se tomó nota de que, en una sentencia de abril de 2004, el tribunal había fallado contra el propietario del buque sosteniendo que, como el buque transportaba productos derivados de hidrocarburos por aguas interiores de la Federación de Rusia, el cálculo del volumen de las pérdidas sufridas se efectuaría de conformidad con lo dispuesto por los reglamentos de la Federación de Rusia y no por los reglamentos del derecho internacional ni por los tratados internacionales. El Comité tomó nota de que el propietario del buque había apelado ante el Tribunal de Apelación de Arkhangel y, posteriormente, ante el Tribunal de Casación de San Petersburgo, los cuales reafirmaron el dictamen del Tribunal de Primera Instancia. El Comité consideró que el Convenio de Responsabilidad Civil de 1992 debería haberse aplicado al siniestro y que de haberse aplicado, las reclamaciones basadas en modelos teóricos no habrían sido admisibles.